Empresas de carácter local, ligadas al territorio, en muchos casos también modelos de negocio familiares, emprenden en estos tiempos que vivimos el reto de convertirse de productores locales en referentes internacionales en su sector. 

El mundo es global, algo que no se puede ignorar tampoco a nivel de negocio. La base para ese paso es el producto: un producto diferenciado, de calidad, que ofrezca un valor añadido y que pueda ser presentado en el mercado internacional como algo diferente y auténtico justamente por su carácter local. 

Con diversas mujeres empresarias que han conseguido esa difícil ecuación conversaremos en FéminAs.